Pão de Açúcar

El monolito más famoso del hemisferio occidental se eleva del mar hasta no poco menos de 400 metros, por encima de la playa de Botafogo, separando la Bahía de Guanabara del océano Atlántico. Desde la cima se puede avistar Copacabana, Ipanema y las montañas y bosques de Corcovado y Tijuca. El teleférico nos transporta hacia la parte superior, donde hay caminos amplios, sombra abundante y bares. Llegue temprano cuando el aire es más claro, las vistas son mejores y hay menos gente.

Plantado en la entrada de la Bahía de Guanabara, el Pão de Açúcar tiene solamente 395 metro, pero ofrece un panorama que algunos prefieren el Corcovado, auque este último sea más elevado. Ofrece la ventaja en cualquier caso de estar menos tapado por la bruma. Su nombre proviene de una mala interpretación que el portugués le ha dado al nombre de los Indios daban a la montaña, Pau-nh-Acuqua (alto promontorio puntiagudo y aislado) que en realidad justifica la forma del macizo. La ascensión en teleférico se realiza en dos etapas, con un cambio en el Morro da Urca. Cualquiera que sea el tiempo, no esperes a estar solo. Si el espectáculo es impresionante en todo momento, la puesta del sol, sin embargo, atrae a un público más amplio: la espera es más larga para subir en el teleférico.
Se puede acceder a los pies del Morro da Urca (217m) caminando por la Pista Cláudio Coutinho. El paseo es muy agradable. Algunos intrepidos incluso ascienden a pie hasta la cumbre (cuerdas y guías profesionales son necesarios): emociones garantizadas.